Más allá de la lectura del propio documento sobre la cuestión de la autonomía de centros que ha difundido la Junta de Comunidades creo que es interesante leer la nota de prensa difundida por el Gobierno de Castilla-La Mancha sobre esa misma cuestión.
Como podéis comprobar en ella se habla de las cosas que puede proporcionar la futura autonomía de centros en el caso de que llegue a cuajar -por lo que parece todo son ventajas-. Entre ellas estaría la posibilidad de conseguir fondos adicionales. Personalmente pienso que debe ser rechazada la posibilidad de que a un centro público el estado le invite a lograr financiación por su cuenta.
Abrir la mano para que un centro logre financiarse en parte con aportaciones privadas puede sonar muy bien, pero no creo que sea algo bueno para la educación. Lo más que se puede conseguir es que la labor del profesorado se vea entorpecida al tener que ocuparse de asuntos que poco o nada tienen que ver con la docencia. Casi suena a algo así como "yo no tengo dinero para darte, pero el que tú logres por tu cuenta puedes quedártelo".
Para lograr esa financiación en educación, que ahora se niega a los centros en tiempos de crisis, se podría optar por hacer lo que han hecho Islandia: no pagar con dinero público la deuda amasada por sus bancos, como ha hecho España a través de créditos blancos a la banca. Puede que suene demagógico pero justo hoy habla de eso el editorial del suplemento Negocios de El País.
Ramón Peco.
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