martes, 3 de mayo de 2011

Sobre la formación dirigida a la mejora del centro


Sobre la formación dirigida a la mejora del centro

Antes de exponer las propuestas que considero importantes para debatir, me gustaría recordar la aportación que se hizo en el Blog sobre La formación dirigida a la mejora del centro, punto 7 (aparece como 5.4) del Documento de debate:  


“En el punto 5.4 Autonomía para planificar y desarrollar la mejora de los centros docentes y el crecimiento profesional de los docentes se establece la obligatoriedad de la formación permanente del personal docente. Estas actividades de formación permanente vendrían determinadas por las necesidades de los centros así como su gestión (horarios, contenidos, etc.).
Quiero señalar que creo que es responsabilidad de cada docente la actualización de sus conocimientos, y que la mayor parte de los docentes somos conscientes de la evolución de las tecnologías y de cómo esto afecta al aprendizaje y a la práctica de los distintos oficios. Este documento vuelve a poner en duda la dedicación y la ética profesional de este colectivo, y cuestiona nuestras capacidades para la enseñanza. Se vuelve a convertir la excepción en norma, “aprovechando” casos aislados para crear una obligatoriedad que nos afectará a todos”.


Debido a la multitud de interpretaciones a las que se presta el contenido del documento que debatimos, voy a optar por la opción contraria a la que me parece que se han acercado los comentarios que he leído recientemente en foros de enseñanza y en diversas páginas redactadas por sindicatos. Soy consciente del carácter muchas veces propagandístico e interesado de estas fuentes pero las propuestas que aparecen en ellas son, al fin y al cabo, las que se presentarán a la Administración o a quien corresponda leerlas. De este modo, podemos resumir las aportaciones hechas en esta línea en prácticamente dos puntos: el rechazo absoluto de realizar cualquier actividad de formación permanente fuera del horario lectivo y la cuestión de la obligatoriedad de este tipo de actividades. En primer lugar, creo que los docentes que de verdad quieran adquirir nuevos conocimientos o reforzar los que ya tienen respecto a un determinado ámbito relacionado con la educación o con cualquiera que sea que le ayude a mejorar su tarea de enseñanza aprendizaje, tendrá que dedicar bastantes horas y esfuerzo personal para concluirlas con éxito. Parece que cuando se habla de formación permanente se tiende a pensar sobre todo en los cursos ofrecidos por los sindicatos (en ocasiones  los únicos junto con los casi prohibitivos ofertados por las Universidades) los cuales se pueden terminar, como todos sabemos, en un par de  tardes. Se trata por tanto de comprar créditos y poco más. Si se ampliaran las ofertas formativas o se firmaran convenios de colaboración entre la Administración, los centros educativos y las Universidades se podrían realizar cursos y seminarios de calidad, destinados a los docentes pero con algunas consideraciones hacia éstos como tasas reducidas o cursos creados específicamente para dar respuesta a sus necesidades formativas relacionadas con la enseñanza.

Otra cuestión que no podemos perder de vista es que en los últimos años se han creado las opciones formativas de “Aula abierta” (que pertenece a la Red de formación) y del ITE (Instituto de Tecnologías Educativas) que ya ofrece itinerarios formativos desde la modalidad a distancia. En este aspecto, sí ha habido una cierta mejora por parte de la Administración pero sucede que cuando se quiere acceder a estos cursos nos encontramos con problemas tales como el escaso número de vacantes para la matriculación, la saturación e imposibilidad de los tutores de atender de manera efectiva a las personas que han sido seleccionadas mediante sorteo y unas fechas de realización totalmente inflexibles  que dejan fuera a los interinos que no estén en activo durante los periodos de selección.

Estoy de acuerdo con la opinión del compañero que escribió las aportaciones anteriores en cuanto a que es responsabilidad de los docentes la actualización de sus conocimientos ya que, consecuentemente, la ampliación y actualización de éstos siempre se verá reflejada en una mejora en la calidad de su trabajo. Si bien es cierto que nos corresponde a nosotros el ser conscientes y actuar buscando y realizando una formación, también pienso que es responsabilidad de toda la comunidad educativa y en especial de la Administración asumir una parte de ella, y esto no se corresponde a mi modo de ver, con el hecho de la obligatoriedad. No creo que la solución radique en establecer unos itinerarios obligatorios desde el centro, pero el planteamiento de debate de la cuestión de formación es necesaria. Los docentes tenemos que estar siempre aprendiendo, porque para eso enseñamos entre otros motivos. No me extenderé en este aspecto porque creo que prácticamente todos compartiremos esta opinión, pero lo que es cierto es que existe una buena cantidad de profesores que no se preocupan ni se preocuparán por enriquecer su trabajo y en consecuencia sus métodos de enseñanza ni su formación, repercutiendo en todos. Este hecho existe, sobre todo en los I .E. S. O.,  en la figura del profesor  que no quiere reconocer que la realidad educativa ha cambiado y algo que puede hacer al respecto es formarse para mejorar algunas situaciones desconcertantes en el aula, sin decir con ello que los acontecimientos que podemos vivir diariamente en un I. E. S. O no se solucionan únicamente con la formación de los profesores.

Por tanto hay dos puntos que merecen ser señalados: por un lado, la existencia de profesores que se oponen (directamente) a formarse poniendo como excusa sus numerosos años de experiencia en la enseñanza y, por otro, los profesores que buscan formación y que encuentran un panorama que, o bien requiere un desembolso importante o bien se trata de cursos de poca calidad enfocados a la rápida obtención de créditos válidos para oposiciones o concurso de traslados.

Si un centro quiere establecer una formación permanente o temporal para sus trabajadores se enfrentará a varias dificultades, a saber, la temporalidad de permanencia de éstos y el análisis y posterior concreción de las necesidades formativas de los profesores. En este último punto las dificultades se verán incrementadas en proporción al número de profesores que compongan el claustro. Hay, sin embargo, modos de poner en juego un análisis de las necesidades formativas de los docentes (que incluyo en los documentos adjuntos) y de llevarlas a los CEP. Siempre con la colaboración entre el centro y los CEP, los profesores podrán realizar su formación y los itinerarios se incluirán dentro de los documentos de centro como una tarea planificada que debe ser evaluada. Personalmente, esto no lo he visto hacer nunca. No veo que se nos pregunte qué necesidades tenemos (hablo más por los I. E. S. O) y mucho menos que los centros organicen planes de formación para sus profesores en el contexto de la educación pública en España. Si el centro nos facilitara una buena formación ¿por qué oponernos? Las razones que he revisado en cuanto a esta oposición básicamente consisten en insistir en que esta formación tendrá que ser recibida en horario lectivo, hecho bastante incongruente, desde mi opinión, porque un centro no puede detener su ritmo cotidiano porque sus profesores se están formando. Otra opción es que el plan esté pensado para que el ansiado mes de julio sea de presencia obligatoria en los centros debido a esta formación. Se podría utilizar este argumento de obligatoriedad para conseguir otros efectos. Pero creo que esto es pensar con un punto de conspiración. Puede ocurrir, no lo sé.

Podemos pensar en que el hecho de que los centros sean los encargados de analizar las necesidades formativas de los profesores, y se realicen una serie de actuaciones planificadas que impliquen la mejora de la enseñanza y del conocimiento, no debe ser, en principio, motivo alguno de escándalo, más bien al contrario, se puede ver como una oportunidad para la mejora, siempre y cuando se propongan actuaciones serias y bien estructuradas. Lo que no puede ser es que la Administración únicamente solucione esta cuestión con la palabra “obligatorio” y se lave las manos, sin implicarse, sin que conlleve obligaciones adicionales para ella, sin que suponga cualquier tipo de gasto, ni se contrate a profesores o, en su caso, especialistas adicionales. Me parece que el planteamiento de establecer un itinerario a seguir desde los centros no es una mala idea, sino un nuevo reto y oportunidad de mejora, pero también me parece que la Administración debe ser, al igual que nosotros, responsable de él, debe implicarse y no solamente imponer algo como obligatorio, ya que desde esa perspectiva el concepto de  formación se verá una vez más rechazado y mal entendido. El Ministerio de Educación tiene que comprometerse y ser consecuente con sus propuestas y facilitar los medios para que las actuaciones que proponen se puedan lograr de la mejor forma posible en beneficio de todos.

Adjunto unos documentos que podéis revisar si os apetece sobre algunos centros que sí han desarrollado el análisis de las necesidades de formación de sus profesores y han llevado a cabo breves itinerarios de formación. También incluyo algo de normativa sobre la formación del profesorado si os apetece echar un vistazo. Por mi parte nada más, a continuación os dejo las propuestas referidas al punto 7 del Documento de debate.

7. Sobre la formación dirigida a la mejora del centro

Elementos mínimos

1. Se establecerán itinerarios obligatorios de formación en los términos que recoge la Ley de Educación de Castilla -La Mancha.

  1. PROPUESTA: Rectificar el punto 7.1.  donde se establece la formación de itinerarios obligatorios de formación. Se propone el carácter voluntario de los mismos y también un mayor reconocimiento e implicación por parte de la Administración educativa y del Centro
2. Se establecerá el uso de las TIC como elemento propio de los centros
Educativos

2. PROPUESTA: En cuanto al establecimiento del uso de las TIC como elemento propio de los centros educativos proponemos primeramente el préstamo de ordenadores portátiles para toda la plantilla de docentes que conforman un centro educativo sin ser motivo de exclusión  los trabajadores docentes contratados a media o un tercio de jornada como sucede en la actualidad.

3. Se establecerá el papel de la Red de formación del profesorado y de la
Inspección de educación en el diagnóstico y el asesoramiento para la formación y la mejora.

PROPUESTA. Respecto al apartado 3 donde se plantea el papel de la Red de Formación del profesorado, se propone un aumento de plazas disponibles para los cursos promovidos por la Red de Formación desde “Aula Abierta”, así como los cursos relacionados con las TIC (donde ya aparecen itinerarios recomendados) desde el ITE (Instituto de Tecnologías Educativas). Además se propone el compromiso de establecer vínculos coordinados con las universidades para que los docentes podamos realizar los cursos que éstas imparten con ciertas consideraciones como tasas reducidas o la creación  de cursos organizados específicamente para dar respuesta a sus necesidades formativas relacionadas con la enseñanza.



Espacio de decisión

4. El centro establecerá los contenidos y horarios para la formación del profesorado a desarrollar en el propio centro que considere básica para el cumplimiento de sus objetivos, sin que tal decisión conlleve obligaciones adicionales para la Administración.

4. PROPUESTA. Rectificar la propuesta de que el centro establezca los contenidos y horarios de formación del profesorado y establecer que desde el centro se gestione una mejora de la información para que el profesorado que trabaja en el mismo pueda acceder a cursos formativos. Se propone además que en el caso en el que se establecieran contenidos y horarios,  éstos se conformen desde una propuesta seria de Plan de profesorado donde se analicen las necesidades que tenga el claustro y se desarrolle dicho plan  con el apoyo del CEP correspondiente. La Administración tendrá que reconocer el esfuerzo que supone la formación permanente al profesorado mediante, al menos, una adecuada certificación.


5. Así mismo, propondrá y, en su caso, llevará a cabo la formación del resto de miembros de la comunidad educativa.


5. PROPUESTA. Establecer la posibilidad de que el profesorado interino que esté en activo y comience con la formación permanente en un centro tenga la opción voluntaria de poder continuarla en este lugar aunque por motivos de pérdida de relación con la Administración se le cese o comience a trabajar en otro destino durante el mismo curso escolar

6. Podrán desarrollar programas de formación en centros, con participación de la comunidad educativa, adaptando la jornada escolar pero sin reducción del tiempo curricular.

6. PROPUESTA. (Ya he explicado mi postura en cuanto a este punto aunque quiero recordar a la Administración que ellos son un pilar esencial de la comunidad educativa, por lo que hay propuestas realizadas por ellos que contradicen este apartado)

7. Es competencia del centro la planificación y desarrollo de la mejora del centro, los procesos de innovación, la formación para la enseñanza bilingüe y la puesta en marcha de experiencias bilingües, y la formación dirigida a la participación de la comunidad educativa en la gestión de la biblioteca escolar.

7. PROPUESTA. Dotar de recursos suficientes a los CEP para que la formación permanente del profesorado sea efectiva y se desarrolle con éxito. Entendemos por recurso “el medio de cualquier clase que, en caso de necesidad, sirve para conseguir lo que se pretende”. Destacamos la posibilidad de plantear proyectos de innovación cuyo desarrollo implique la asistencia de ponentes, expertos e investigadores, indispensables para la consecución de los objetivos planteados en el mismo.


8. Los centros podrán proponer a la Consejería la suscripción de acuerdos específicos para la realización de prácticas innovadoras o la mejora de aspectos concretos de la práctica docente. Esto no supondrá dotación adicional de profesorado.


8. PROPUESTAS.


8.1.Se propone también una mayor flexibilidad  e inversión en los itinerarios establecidos desde el Ministerio de Educación a través de la formación a distancia.

8.2. No eliminar la convocatoria anual de licencia por estudios

8.3.Fomentar la gratuidad o la negociación de tasas reducidas con las Universidades para que el profesorado no universitario pueda acceder a los programas de formación permanente sin que esto suponga un esfuerzo importante por parte del docente que recibe el curso.

8.4.Promover becas y estancias con tasas reducidas a los docentes para cursos de inmersión lingüística en el extranjero no solamente para los docentes relacionados con programas de bilingüismo.

8.5.Facilitar y fomentar la formación de doctorado a los docentes que así lo deseen desde la Administración educativa y las Universidades mediante convenios de colaboración.

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